miércoles, 7 de febrero de 2007

¿QUÉ PASA EN EL MUNDO?

De unos años a esta parte se han puesto de moda una serie de eslóganes tipo: “no estés de paso, involúcrate”. Después de muchos años involucrándome en todo lo que me plantaban delante estoy en otra etapa. Prefiero estar de paso y no involucrarme, porque la vida me ha dado lo suficiente como para saber que coherencia y movilización no son ideas hermanas. Como dice ese gran filósofo mediático llamado Risto Mejide, me explico:

Por ejemplo, me involucré en temas de medioambiente. Conservo la faceta de separar la basura y de ir andando si la cosa está relativamente cerca. Usaba papel reciclado. Luego me enteré de que cuando sube el kilo de papel reciclado llega un listo y quema un bosque, porque de lo que sacan de los contenedores tienen para hacer entre 10 y 20 libretas. ¿Qué haces? ¿Qué haces si confías en una ONG X y te enteras de que hinchan los presupuestos, por ejemplo, en impresión de folletos? ¿Y que haces si una buena amiga trabaja para otra ONG cobrando en negro y luego, por pedir un contrato, la echan a la calle? ¿Qué haces si te involucras en un proyecto en el que te dicen, todo muy bonito, que vas a ayudar a gente con una minusvalía a encontrar trabajo y te ves (de gratis) en una nave industrial vigilando que meten cartas en sobres por una mierda sueldo? ¿Qué haces si el señor que coordina aquello te dice que has de vigilar que aquella gente no se levante cada dos por tres, o que no hablen entre ellos? ¿Qué haces si te dice que sino esa gente estaría todo el día aburrida en su casa y que no los explota, cuidado, que paga treinta mil pesetas?

Lo primero que haces es quejarte, mandar cartas y faxes a todo el que te parece que se va a interesar y no recibes nunca respuesta. O si recibes respuesta es una carta escrita a cualquiera menos a ti. Carta que vendrá seguida de un montón de publicidad porque resulta que han cogido tus datos y ahora saben quien eres en todos los sitios en los que se dedican a comercializar con datos privados.

Poco a poco he sufrido un proceso de desencanto que me ha llevado a un estado de pasotismo que de alguna manera, me sabe a gloria. Trato de no hacer caso a los informativos, a los periódicos… trato de estar desinformada. Pero al final te enteras, por h o por b, te enteras, y sin mover un dedo notas que se te pone la vena de la frente dura como un lapiz y te tiembla la barbilla…

De repente hemos entrado en un mundo polarizado. Moros contra cristianos, españolistas contra nacionalistas (más viajar y menos despotricar...a ambos clubes), incultos contra el cava catalán, Real Madrid contra Barça, La Seisdedos contra el de los pepinos, la vecina de arriba contra la comunidad… Y cuidado, que si escuchas las salvajadas que te cuentan te las acabas creyendo. Quizás recuerdo un mundo idílico en el que la gente hablaba sin escupir, pero es que ahora, allá donde miro en el tren, en el metro, en el bus, hay alguien explicando cosas con espumarajos en la comisura de la boca y con un dedo arriba y abajo a lo doñarogelia. Aunque el de enfrente esté de acuerdo, el otro habla con los ojos desorbitados… y esto pasa en los programas de debates supuestamente serios y en el Salsa Rosa. Estamos todos contra todos. La gente discute hasta por demostrar quien sabe más sobre el bicho ese que hay en el pescado crudo.

Prefiero estar de paso y no involucrarme, no sea que encima me peguen dos leches.

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