viernes, 7 de marzo de 2008

Sobre la niña de Rajoy y otras memeces

¡Que pongan vuelos a la luna que yo me piro! ¿De verdad es tan gracioso lo la niña de Rajoy? ¿Y lo del perdigonazo de ZP? ¿Es tan, tan, tan vital?¿Cómo es posible que de un careo entre los dos posibles presidentes de un país lo que más entusiasmo genere sea esa chorrada? Vivimos en un país bajo amenaza terrorista, que se enfrenta a una crisis económica, en el que unos se sacan los ojos a los otros por supuestos ideales políticos, en el que hay un tanto por ciento de la población alto que vive en la pobreza y otro mucho mayor que mal vive, aunque no lo parezca -porque yo soy superpobre, con mi mierda de sueldo y con un montón de impuestos, y sin poder elegir entre vivir o comprarme una casa, y cortándome a la hora de poner la caldera...

Vivo en un país en el que me veo abocada a elegir entre una política económica potente o un programa que respeta las identidades sociales y culturales de todo el mundo. He de elegir entre comer o vivir libre.

En principio, no es socialista apoyar la empresa, es socialista apoyar al trabajador. Pero sin empresa, el trabajador es parado... y el empresario, el pequeño empresario, no es el demonio. Suele ser también un trabajador que además contrata gente para respirar un poquito.

Eso por un lado. Y si, señor Rajoy, si las familias se ven incapacitadas mentalmente para educar a sus hijos en el respeto al prójimo -no machacar al compañerito porque tiene dos madres, por ejemplo, o porque es un poquito afeminado, o porque es negro, o peruano, o porque se le va un ojo, o porque es gordo o muy flaco- hace falta una asignatura tan políticamente correcta como la "Educación para la ciudadanía". El derecho sagrado, señor Rajoy, no es el elegir como educar los menores, sino darles las herramientas para que elijan que es lo mejor. Lo políticamente correcto incide en la convivencia, y si por lo menos conseguimos que, un futuro adulto pueda estar al lado de otro, poniendolo a parir en su interior pero mordiéndose la lengua... algo hemos avanzado. Quizás con el tiempo descubra que no es malo y olvide lo que le repugna.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando las anécdotas de una campaña se convierten en tema de conversación es porque la campaña en sí no sugiere nada. Ninguno de los dos ha dicho cosas que no se hayan escuchado en estos 4 años (si, vale, las propuestas, pero esas propuestas fueron más bien escasas) y por lo que parece los siguientes 4 años van a ser más de lo mismo.
Pero si te decides a irte a la luna manda alguna postal para ver los paisajes :)